jueves, octubre 27, 2005

Al fin!!!...pero no es el fin...

Hoy andaba por allá por el fin del mundo...en José Arrieta a la altura del 10.000, donde termina la calle, literalmente en la punta del cerro. De vuelta hacia mi casa, al corazón de la ciudad, esperaba micro y...¡por fin! se apareció ante mí una del Transantiago que podía llevarme hacia mi destino...ya pensaba que tendría que salir un día hacia ninguna parte, sólo para probar la "modernidad" que ha llegado a Santiago.
Pero se apareció esta micro en la nada misma de la ciudad, y la hice parar sin siquiera saber adonde iba porque no tenía letrero al frente. Antes de subir, le pregunté al "operador" si iba para el centro -sí- me dijo, -pero tengo que dar la vuelta-, no importaba, yo ya estaba arriba. Le iba a pagar y me dijo que no, que tenía que esperar llegar al paradero, que estaba a media cuadra, para que él iniciara el nuevo recorrido.
El paradero eran dos señores con uniforme de "Alsacia" parados en la vereda. Ahí el operador detuvo un rato su máquina, me dijo que se fumaría un cigarro primero, que me podía sentar por mientras, y se bajó. Escuché la conversación que tuvo con uno de los señores-paradero, quien le decía que estaban muy atrasados, que la última micro había salido a las 18:20 hrs (ya eran las 18:55).
Me detuve a mirar la micro por dentro. Tenía muy pocos asientos, 4 adelante (pero orientados hacia atrás), luego un gran espacio para sillas de ruedas y en la parte de atrás, más asientos. Había timbres en todos los pilares, y no sólo eso, además ¡estaban buenos! (eso lo fuí descubriendo en el trayecto, cuando la gente los apretaba).
El operador volvió a subirse mientras yo leía un libro que andaba trayendo. Recorrió la micro sacando la basura y me dijo: -toma, lo encontré allá atrás-; era un separador de libros.
A las 19 en punto partimos. ¿Lentitud? Para nada, por lo menos yo no lo sentí así. Lo que más me llamó la atención del recorrido fue su amabilidad con los estudiantes, especialmente los de básica que no pagan pasaje. Les preguntaba adónde iban, si habían estudiado en el colegio, en fin...los niños avanzaban sonríentes luego de una conversación que al parecer encontraban extraña.
Aún en las alturas del cerro me toco ver algo que sólo había visto en noticias, con otros protagonistas. Una micro, de las amarillas, enterró su parte trasera en la entrada de una panadería; y justo ahí se subió a la micro en que yo iba una señora, quien contaba que a la amarilla se le cortaron los frenos en la subida (que era bien empinada) y que por suerte la panadería estaba cerrada y sin gente adentro. Uf! menos mal.
Y así siguió mi viaje, tranquilo y rápido. En una hora de mucho tráfico me demoré en el trayecto de vuelta lo mismo que en el de ida (en una micro amarilla). Y además cómoda, tranquila y segura.
Antes de bajarme, no pude evitar la tentación de ir a conversar con el chofer (soy muy conversadora, no puedo evitarlo). Y aquí está el resultado.

Conversación con un operador del Transantiago

Pris: -Me bajo en el próximo paradero...yo encuentro que no son tan lentas las micros ¿por qué la gente alega?
Operador: -No, si no son lentas. Lo que pasa es que la gente nunca está conforme con nada. No entienden que uno se demora más por su seguridad, porque uno tiene que cerrar la puerta antes de partir, no puede parar en cualquier lado y la gente está acostumbrada a eso-
Pris: -Si, a veces uno hace parar la micro a mitad de cuadra-
Operador: -Claro, y eso no es seguro. Por ejemplo, yo te podría abrir la puerta aquí ahora (estábamos detenidos a mitad de cuadra y en segunda fila), así es más rápido para tí y a mí que me importa si te pasa algo, si total hay seguro y eso, pero no es la idea...Bueno, y también está el tema de las frecuencias-
Pris: -A lo mejor son los buses articulados los que andan más lento-
Operador: -No, si andan casi igual. El problema es la frecuencia, pasa mucho tiempo entre una y otra, porque uno se va atrasando en el recorrido. Uno se atrasa porque estas por ejemplo (me muestra una amarilla) te van cerrando el paso y te hacen demorar...y también pasa esto (me muestra un auto que se le cruza y lo obliga a darle el paso)
Pris: -¿Y tú qué hacías antes? ¿Manejabas una amarilla?
Operador: -No, yo estudio-
Pris: -Ah! ¿Y qué estudias?-
Operador: -Ingeniería-
Pris: -¿Y por qué trabajas aquí? (Él me muestra unas monedas) Si me imagino que es por plata, pero ¿por qué trabajas en este lugar y no en otro?
Operador: -Porque es un sueldo fijo y es bueno-
Llega la hora de bajar y me dice:
-y ahora tienes que aprender también, no te puedes bajar por acá adelante, tienes que bajar por la puerta del medio-
Pris: -(me río) gracias...-

Fin de la aventura feliz.
Pero aún me falta subirme a los mega buses. Los articulados. Quiero pararme en la articulación.