domingo, marzo 05, 2006

Santiago impulsivamente descalzo


Una tarde calurosa...

- ¿Sabes? Desde hace un tiempo, acá en Santiago, especialmente en días de calor, me dan unas ganas inmensas de sacarme los zapatos, las zapatillas o las chalas y caminar descalza por las calles. Sólo me detiene pensar que como ando sin calcetines los pies me van a quedar todos cochinos y además, el cemento debe estar muy caliente-

-Eso no sería nada, porque los pies te los puedes lavar. Lo que a mí me daría miedo es que pueden haber vidrios y uno se puede cortar-

-Tienes razón, pero a mí me da lo mismo eso de los vidrios, total si me fijo bien no los piso. Ahora lo único que queda por resolver es la posibilidad de quemarme con el cemento achicharrante-

Seguimos caminando, conversando de la ciudad, las casas, la antiguedad...Mientras tanto, esa sensación seguía persiguiéndome. Ahora casi no habían razones para no quitarse las chalas; además, íbamos rumbo a casa y podría lavar los pies de inmediato...

Y no aguanté más, me las saqué. Aún faltando varias cuadras para llegar a la casa, comencé a caminar descalza, con las chalas en la mano, y sólo el cemento como sustento.

Fue como un gran alivio, como si mi cuerpo hubiese necesitado imperiosamente sacar algo, un cúmulo de energía retenida, y por fin lo hacía. Lo que seguramente sienten los adictos cuando consumen el objeto de su adicción. Lo que seguramente siente Anmeri cuando las calles la llaman a correr. Si!!! eso es!!! ahora la entiendo, ahora ya no es una rareza!!!

Y ahora sólo me dejo llevar. Ya he probado distintas calles. Pedro de Valdivia Norte es un buen lugar.

No falta el curioso que me mira con extrañeza.

Quizás de eso se trate la locura.