sábado, febrero 18, 2006

Ensayando la socialización


A la hora de carretear, soy de esas personas que prefiere los carretes caseros a ir a bailar a una disco. No sé, desde chica no me han gustado mucho esos lugares, de todas las veces que he ido, yo creo que sólo el 18% de las veces lo he pasado espectacular, el 32% más o menos (ni fu ni fa), y el 50% restante ha sido una lata.

También me gusta ir a algún pub (de preferencia un sucucho en realidad) a tomarme algo con una o más personas; requisito esencial es que sea un lugar en que la música no esté muy fuerte, para poder escuchar lo que me dicen.

Las veces que lo he pasado excelente en una disco es porque la música está demasiado, demasiado buena y porque voy con amigos. Cada vez que lo paso mal salgo diciendo: "NUNCA MÁS VOY A UNA DISCO!!!". Pero soy porfiada y tengo mala memoria, además desde hace un tiempo estoy en una etapa deeee...como dijera yo...apertura hacia nuevas experiencias, haciendo cosas que antes no me habría atrevido.

Fue así como acepté la invitación de mi primo-burbuja, el mismo con el que ví las películas de terror.
- Vamos a la Knock Out- me dijo; -El bombero tiene free pass- agregó.
- ¿Y qué es la Knock Out?- fue mi respuesta
- La disco más bkn del Barrio Estación- dijo él
(El Barrio Estación es a Conce lo que el Bellavista a Santiago)
-¿Y quién es el bombero?-
-Un amigo-
-¿Y es bombero?
-No, antes era, ya no-
-A ya po, vamos- respondí finalmente, con una actitud de plena disposición a pasarlo desbordadamente bien, bailar hasta reventar mis pies e incluso aceptar las típicas invitaciones a bailar realizadas por machos desconocidos y que JAMÁS he aceptado en un local de esa clase.

Y fuimos. Quedamos de juntarnos con el famoso bombero que ya no es bombero...
tuuuuu
tuuuuu
tuuuuu
Nunca llegó el famoso.

Pero estaba tan animada, que preferí ir a algún otro lado que volver a la casa. A la famosa disco imposible porque la entrada era carilla (y yo no pagaría por ir a un lugar así, nunca tanto entusiasmo. Mi primo tampoco habría pagado).

Luego de una osadía intentando sacar plata del cajero, porque ninguna maldita puerta se habría con mi tarjeta, finalmente llegamos al Barrio Estación.

Primero fuimos a tomar una chela, a un local estilo sucucho, como me gustan a mí.

Después fuimos a un pub que nunca supe como se llamaba, entramos gratis y los tragos costaban luca. Hasta había un tipo que cantaba en vivo las típicas canciones que todo el mundo se sabe, de Soda, Los Prisioneros, Alejandro Sanz, hasta Chayanne estuvo metido por ahí.
Yo lo estaba pasando estupendo, me lo canté todo. Una que es el colmo de la desafinación tiene que aprovechar estos espacios en que las voces se confunden y nadie se da cuenta de tal sacrilegio a la música.

Y se acabó el famoso show en vivo y vino la música. Con mi primo nos animamos y nos pusimos a bailar al son de ritmos tropicales, reggaetones con bases medias technos, etc. Todo de maravilla.
Hasta que rompí mis reglas, ya acepté la invitación a bailar de un desconocido... el colmo: era psicólogo!!!...y adivinen de qué nos pusimos a hablar: de Psicología!!! obvio...
Ahí descubrí que estaba yo sufriendo de un grave problema: al principio, escuchaba la mitad de lo que me decía, al final, ya no escuchaba nada!!!! pero NADA!!!
Recuerdo que le pregunté TRES veces en que U estudiaba (lo cual era lo único que me interesaba saber), hasta hoy, ni siquiera tengo una vaga idea de su respuesta (esto fue el miércoles, y además yo estaba sobria). También recuerdo que hablamos de mi tema de tesis, me dio su opinión (que escuché a medias) y después me empezó a decir galanteos patéticos como: "bailas muy bien" (y yo sé que no es tan así, o sea, ni bien ni mal, no es algo para elogiar), pero remató cuando dijo "eres la única mujer inteligente que he conocido en un lugar como estos"
yaaaaaaaaaaaaaaaa...ahí yo dije: "tengo que ir a acompañar a mi primo que está solo" (tremenda chiva)
Luego de eso, perdí completamente la audición. Intenté conversar con un chico que me pareció atractivo, pero no resultó porque no le escuché NADA, ante lo cual decidí bailar sola, porque de verdad me tenía aproblemada esto de la sordera. Quise evitar pasar por esto:
-¿Bailemos?
-Bkn-
-¿Cómo te llamas?-
-Psicología-
-¿Qué estudias?
-Con mi primo-
-¿Quieres tomar algo?
-Priscila
Por lo menos, di un pequeño paso en el camino de la socialización: acepté bailar con un desconocido y además lo pasé bien en un sitio de esos aún cuando las condiciones eran adversas.
Creo que estoy más "tolerante".
Aunque igual en muchos momentos extrañé las fiestas añihuenses al ritmo de rancheras sin parar de bailar.