sábado, diciembre 31, 2005

secuestrada por un ovni

El momento lo amerita. Hay que escapar del ruido ambiente si se quiere acceder a las profundidades. Llega el primer compañero: par de audífonos.
Y ahí está ella, la siguiente invitada, como siempre dispuesta. Entre la cama y el escritorio, llena de polvo, sin la tapa en la casetera porque alguna vez se cayó y ya nunca volvió a su lugar, ya ni siquiera existe. Y ella sabe que, a pesar de la tecnología, en los momentos clave será ella la elegida.
Enchufe y power on. Conectar los audífonos es entrar en otra dimensión...la música, la próxima invitada. Ya todo está listo. De una vez por todas hay que instalarse en el asiento del piloto, cerrar los ojos y viajar en este ovni por el camino de los últimos días.
Increíble. En aproximadamente dos semanas habían pasado tantas cosas y con tan diversos personajes. Cada día ha estado lleno de grandes sorpresas, y cuando parece que las réplicas del terremoto inicial acabarían...PAF! cae un meteorito plutónico y todo se conecta de una extraña manera con lo antes acontecido, haciendo del sentido un completo sin-sentido. Que contradicción.
Y la revolución ha alcanzado hasta los lugares más combatientes. Ningún lugar ha quedado a salvo. De pronto, un rayo fulminante llena de luz la nave cósmica que posibilita el viaje: no se trata de los últimos días, ha sido todo un año; claro, es el año del gallo, el rey que revoluciona el gallinero. Sin querer se llega a los lugares comunes.
Todo lo que en los últimos días se ha recorrido es el clímax de los pequeños movimientos telúricos que se han sentido durante meses y que hoy no hacen más que sumarse para transformarse en un gran estallido.
Y lo ¿principal?, lo que hoy es figura: la historia que vuelve a comenzar.
¡NO, NO ES QUE VUELVA A COMENZAR!
Es evidente, los personajes ya no son los mismos.
En algún momento iban de una extraña y desconfigurada manera caminando por el mismo secreto camino.
En otro momento comenzaron a andar por vías distintas, estando aún cerca. Secretamente cerca.
Y en el supuesto final, los caminos chocaron y ese choque provocó que volaran hacia lugares completamente apartados. Ya ni siquiera había material para el secreto. Y supuestamente los caminos no volverían a juntarse. Supuestamente ya no había nada en común.
Pero los caminos intergalácticos siempre nos enrostran que son absolutamente desconocidos. Las naves espaciales muchas veces toman su propio rumbo si el piloto lo permite. No es fácil permitirlo, la sensación de incertidumbre, de estar expuesto al peligro, lanzarse al vacío...
Y vaya que ocurren cosas cuando la nave se dispara sola a recorrer el espacio lunar.
La historia no vuelve a comenzar. Es otra. Son otros personajes que al parecer quieren conocerse. Quizás re-conocerse.
Naves espaciales renovadas se han encontrado. ¿Hacia donde irán? ¿Viajarán por el mismo camino o tomarán otros distintos? ¿Qué pasará con las otras naves circundantes?
Por lo menos hay algo claro: ya no cabe el secreto. Por lo menos TAN secreto.