domingo, mayo 21, 2006

Lo mejor y en vivo...que más?



El viernes en la noche, mientras era una más entre una gran masa de gente esperando que abrieran las puertas del Teatro Oriente para disfrutar de Pedro Aznar en vivo, pensaba que esto si que no podía dejarlo pasar sin relatarlo aquí, en el blog. Tampoco podía dejar pasar el tiempo (como hice con el de Ismael Serrano y otras varias cosas que se me han ocurrido escribir), porque eso de "ya, si lo escribo después" se refiere a un después que nunca llega.

Y pensaba en relatar todos esos detalles en los que sólo yo me ando fijando y que me hacen reír, de lo que dice y hace la gente, de los espacios, de las anécdotas...pero luego de un recital como ese, IMPOSIBLE.

No puedo hablar de otra cosa que no sea la magia, el esplendor y el talento que desplegó DON Pedro junto a sus dos músicos en el escenario. ¡Qué digo escenario!, ¡si fue en todo el teatro!, ¡si! porque incluso en un momento se bajó del escenario, tocando y bailando junto al público....

¿Qué estoy escribiendo? No sé, lo que salga, lo que sienta, lo que recuerde, porque al final da lo mismo, aunque hiciera un ensayo perfectamente glamoroso no podría dar cuenta de lo que pasó ahí, de todo lo que provocó y realmente significó.

Era la primera vez que yo iba a un recital de Aznar, y reconozco que tenía mis dudas al respecto porque si bien me encanta su música, esta gira lleva por nombre "Aznar canta a Brasil", que es el nombre de su último disco, o sea, seguramente venía a presentar los nuevos temas.
Los conciertos de presentación de discos suelen ser medio fomeques porque los artistas se dedican a cantar los temas nuevos que obviamente no son muy conocidos. Y DON Pedro da la primera sorpresa y, luego de cantar un par de temas nuevos (dos o tres, no más que eso), saluda al público y dice que este será "un concierto extra large" a propósito de que le llegaron mails reclamándole que el último concierto que había dado anteriormente en Santiago había sido muy corto. Ahí me alegré más de lo que ya estaba, porque era obvio, no sólo tocaría sus temas nuevos, también los más conocidos...

Y fueron pasando los temas, y yo me paseaba por la alegría, la pena, la rabia, los recuerdos, el baile, la exaltación y el asombro.

"no voy a llorar si nadie me acompaña, no voy a dejar un camino sin andar...
yo sé que entenderás que amor para quien busca una respuesta
es un poquito más que hacerte bien...
yo tuve el fin y era más
yo tuve más y era el fin
yo tuve el mundo a mi pies y no era nada sin tí...
seremos algo con nuestro amor..."

Mientras DON Pedro y sus dos Músicos se paseaban por Argentina, Paraguay, Brasil, Chile, y el mundo entero; por teclados, guitarras clásicas, guitarras eléctricas, tambores, bajos, platillos, cajas; por el agua, el aire, el cielo, la tierra y el mar; por el amor, la miseria, la injusticia, los placeres, los sueños, los consejos; por el bossa-nova, la zamba, la cueca, el rock...

"amo el amor de los marineros que besan y se van..."

"zamba de la luna llena, baila la noche en las calles..."

Y obviamente no faltó:

"Cuando no tenía nada deseé...
cuando tuve coraje llamé...
cuando escuché a Prince bailé...
cuando me crecieron alas volé...
Cuando me llamó allá fuí
cuando me dí cuenta estaba ahí
cuando te encontré me perdí
en cuanto te ví me enamoré..............................."

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Y el paseo terminó luego de dos horas y media, con el maestro sentado a lo indio en la orilla del escenario, tocando lo único que faltaba: un blues.