martes, abril 24, 2007

El día más esperado

Por allá por febrero anduvo de visita en Chile una gran banda... el tema de moda era comentar el alto precio de las entradas, y mi opinión siempre fue la misma: que careros, porque lo normal es que la entrada más barata cueste entre 12 y 15 lucas, yo no pagaría 40 lucas por ningún artista, menos si lo voy a ver de lejos. En realidad, por el único que pagaría muchísima plata es por Jorge Drexler, pagaría incluso por estar en las primeras filas.

Pero cero esperanza de que se diera una vuelta por acá, a pesar de los miles de mensajes que había dejado en su página diciendo simplemente: ¡¡¡¡¡ven a Chile por favor!!!!!

Hasta que un día de Marzo estaba metida en el computador terminando una pega, chata, como a las 3 de la mañana y se me ocurre la gran idea: "me voy a meter a la página de ticketmaster para ver si hay algún concierto entretenido". Y ahí estaba, entre la lista de próximos conciertos, su nombre. Quedé en shock. No era capaz ni siquiera de hacer click. Sólo me puse a saltar y a gritar en silencio para no despertar a Caludia que se tenía que levantar temprano a trabajar.

Lentamente reaccioné. Hice click para ver el lugar, las localidades, los precios. Lamenté haber bloqueado la Visa y no poder comprar la entrada de inmediato. También quise tener en ese instante a alguien que hubiese estado en el Caupolicán y me recomendara que ubicación comprar. Pero bueno, se que el resto del mundo no funciona a ritmo de búho como yo.

Al otro día, pega. La hora de salida, y de volada a la tienda indicada. Tremenda fila de gente comprando entradas...para Roger Waters. Logro llegar adelante, le digo al vendedor alienado en su teclado: "quiero una entrada para Jorge Drexler"; la rareza de mi petición logró sacarlo de su inercia, levantó la cabeza y preguntó con el rostro desfigurado: "¿PARA QUIÉN?", "para Jorge Drexler", respondí con ganas de decirle ¡maldito ignorante!, tecleó, tecleó, tecleó y claramente no supo escribir lo que le dije, porque respondió "no tenemos ese evento", le expliqué que lo había visto en internet, que era en tal fecha, en tal lugar... lo buscó por la fecha y lo encontró: "nadie ha comprado donde usted quiere...", ahí pensé que saldrían globos, challa, monos tocando cornetas y diciendo que me ganaba un premio por ser la fanática número 1...pero no, eso sólo me daba la posibilidad de comprar en primera fila. No, respondí, quiero en la tercera. Me volvió a mirar con su cara, ante lo cual añadí: es que si el escenario es mínimamente alto voy a estar todo el rato con el cuello estirado, no ve que soy chica.

Hasta que por fin la tuve en mis manos, con ganas de saltar y de que la cita fuera ya. Guardada como un tesoro, la tarjetita se quedó metida en un libro hasta hoy. Faltan 19 horas. Tengo un gran listado de canciones que quiero escuchar, mariposas que me bailan en la guata, el pecho que de repente se me aprieta.

Hoy por fin es la cita con el amigo que me presta sus letras para musicalizar mi vida. Incluso para dar nombre a este blog.