sábado, octubre 29, 2005

Lo logré!!!

Hoy al fin lo logré.
Una vez más en esta semana me tocó ir a Peñalolén (cosa que merecerá su crónica aparte), y a la hora de volver, como éramos un grupo de gente (entre niños y adultos, más niños que adultos) decidimos esperar una micro del Transantiago, pero articulada.
Reconozco que estaba ansiosa de subirme y pararme justo en la articulación, estaba entregada a mi infantilidad. Una vez arriba, quería que pasara luego todo el trámite de pagar el pasaje y todo eso, quería avanzar y pararme justo en el centro de la micro.
Y así lo hice. Los costados de la micro son por dentro igual que por fuera, como una acordeón. El piso se transforma en ese lugar en un círculo. Pensé que se movería todo el tiempo, pero me dí cuenta que no, era necesario que la micro dejara su trayecto recto y virara en alguna parte. Así es que ahí me quedé...esperando...
Hasta que llegó el momento: debía virar. Y fue increíble porque mientras iba dando la vuelta correspondiente, el círculo que está en el piso y en el cual yo estaba parada, comenzó a girar y girar y girar...y yo seguía parada en el mismo lugar, sólo disfrutando de cómo el piso sobre el cual estaba parada giraba y giraba.
Hasta que la micro tomó nuevamente un trayecto nuevo y yo, pude haberme quedado parada ahí para disfrutar cada vuelta que me tocara en el camino hacia el destino (idea que no dejaba de tentarme), pero opté por sentarme...
...y disfrutar de una conversación.

3 comentarios:

elbé dijo...

Cuando era niño, me encantaban los autobuses articulados, en Madrid había una línea que los tenía, y yo siempre me quedaba en el círculo del centro. Creo que ahora lo hay también pero ya no voy casi nunca en autobús. Me ha encantado revivir esa sensación.

Anónimo dijo...

entonces me pregunto como empiezo como termino, leo y leo y leo, y defino a alguien que ya conozco y que se devela en pensamientos generosos y culpables, culpables de lo que viven de lo que hacen vivir, se dan , se encuentran, las palabras que adquieren sentidos desde los otros, ahora escribo, solo escribo, no quiero hilar nada, solo hilo lo que hilo, como mi abuela cuando me hizo esa bufanda que siempre me gusto, que combino siempre con toda mi ropa, y ahora la usa otra, maldita, solo escribo, y aunque quize soprenderte, dejar vagar mi vanidad es este espacio tan de los otros como tuyos, ahora solo escribo, recuerdo haberme reido cuando girabas y girabas, y pacientemente esperaste con la urgencia del que espera sabiendo lo que llega sin haber llegado nunca, la curva vertiginosa del transantiago, 60 km/h y mil vueltas , pensar que te viviste en un circulo de esos no espacios de los que te has ido apropiando, bueno y yo ahi riendo un poco, viendo como en giro y giro descubria una gram amiga, esa complice risueña que todo hombre aspiras pero que su cuerpo no tolera, pero la encontre......espero poder seguir viendo como giras

Prisca dijo...

Aunque sólo escribas, me sorprendes.
Si la vida nos acompaña, me seguirás viendo girar y yo te miraré con mi sonrisa.
Es un trato ¿te suena?
Y mientras escribo me pregunto: ¿irás a leer esta respuesta?