jueves, noviembre 17, 2005

un día singular...

Uno de esos días en que todo se convulsiona, y se calma, y vuelve a convulsionarse y vuelve a calmarse...
Comienza con no querer salir de las sábanas, no querer despertar de los sueños tan atrapadores en estos últimos tiempos, tan decidores. Eso, sobre todo decidores. Esos sueños que han logrado conectarme interespacial y plutónicamente con seres que aparecen y desaparecen.
Y pienso...¿qué cualidades energéticas particulares tendrá Plutón? Una tarea de investigación.
Continuó con la angustiante confusión tan típica de este ser que vive más en la luna que en la tierra y que seguramente al rendir un Mini Mental le iría pésimo en la primera parte...(¿Qué fecha es hoy?...). Por toda una tarde, la profunda y ridícula convicción de que el mundo académico se venía encima en una semana, sólo una semana.
Sólo la idea de un almuerzo y una tarde en compañía de ella, la amada abuela, es capaz de lograr la salida.
Y ella, ahí, esperando como siempre. Con ese amor que alimenta, que da fuerza.
Un paseo por el olimpo de la economía de mercado. Un café helado, conversaciones intrascendentes pero fundamentales, quererse, acompañarse.
Una variedad que provoca querer vivir sola, seguir viviendo con el padre, enamorarse, vivir en pareja, tener hijos, una familia, volver a estar sola, volver al lugar que se tiene ahora. Darse cuenta que es así como este sistema te genera las necesidades. ¿Qué necesidades tendríamos si no existieran productos comerciales? Hasta las antinecesidades son un producto comercial.
Sorprenderse con el acto de responsabilidad de la niña-madre. No creerlo. Corroborarlo. Felicitarla. Temer que sea sólo un flash. Querer que se perpetúe.
Y se acaba la tarde de ella, devolverla al encierro, al inexplicable y contradictorio sometimiento a la voluntad de su amor.
Luego, el espacio donde se vuelcan las contradicciones, donde se hace patente la debilidad y la fortaleza, donde el piso tiembla, donde todo se remece y a veces se fortalece. El espacio de la inclusión y la exclusión, de la duda constante pero sostenedora.
Y es allí donde se cae en cuenta de la confusión de fechas, se dan buenas noticias, y el calendario se hace más alcanzable y sostenible.
Se generan dudas sobre el futuro...2, 4, 6...tantas cosas que considerar, tantos caminos posibles por recorrer.
Y de nuevo al nido para ver a los títeres que mueven parte de nuestra historia, leyendo los mismos discursos de siempre, buscando envolver a los más o menos inocentes.
Y al final, la conclusión:
Plutón es el planeta más lejano del sol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que contradiccion mas consecuente.

ajam !!, dificil eso que dije arriba. Pero asi es, vivo tb mas en la luna que en la tierra, todo el dia imaginando proyectos, creando mundos idealizando sueños. Pocos minutos terrenales y muchos sentimientos de vivir y descanzar, de reir y llorar, de altruismo y egoismo, de todo a cada rato y aveces de nada. Me quedo sentado y me empieza a morir. Morir mental, poke tambin devo admitir que soy un flojin.

Saludos !!