miércoles, abril 05, 2006

un minuto

Mientras me pongo a teclear estas letras imagino que nada muy coherente saldrá como resultado. Es que no tengo claro lo que quiero escribir, es sólo un cúmulo de sensaciones que recorren mi cuerpo, principalmente mi pecho, justo abajo de la garganta, que es el sitio preciso en el que la pena suele alojarse.
Es tal mi necesidad de concentrarme en esto que estoy sintiendo; en realidad, de transformarlo en palabras y darle sentido para tener más claridad sobre qué hacer con estas sensaciones, que hasta me desconecté del messenger, y de gmail, donde esperaba una respuesta que me importaba.
Pero al parecer esto es más importante para mí. Claro que sí. ¿Y lo dudé en algún momento?
Hoy tenía pensado escribir algo divertido que me pasó ayer, pero eso quede quizás para otra ocasión.
Tengo que elaborar, tengo que significar, tengo que ordenar para poder actuar.
La vida últimamente ha sido más que agradable, he disfrutado de muchas cosas, todo marcha bien; obviamente existen los bajones y los problemas, pero ¿qué vida sería si no?
Y hoy siguió esa dinámica, todo fantástico, incluso las complicaciones que le ponen el sazón al día a día; que hacen que el vivir no sea estar en una quietud que puede llegar a ser tediosa.
Estuve con mi gran amiga, mi "hermana mayor", después de mucho tiempo. Felices las dos, más maduras, más Mujeres. Y de pronto, ella asume que hay algo que yo sé y lo comenta.
Pero no, yo no lo sabía. Y es obvio, debería haberme enterado. Pero no.
Y no es fácil. Duele saber que uno no tuvo el tiempo ni el espacio para estar ahí, para dar un abrazo, para decir te quiero.
Que seguramente está tan mal, que quiero estar ahí y no se puede.
Duele saber que el otro ya no está a la vuelta de la esquina, que ya no basta caminar un par de cuadras.
Que si tuviera las lucas ya me habría tomado un avión.
Que si nos hubiésemos tomado el café.
Que si tan sólo me hubiese detenido.
Que los detalles cobran profundo sentido.
Que cómo estará, que cuánto le dolerá, seguramente fatal, seguramente demasiado.
Y que estoy aquí, agradeciendo que a falta de lucas exista la tecnología. Pero lamentando que no sea lo mismo que dar un abrazo.
Pensando en todos los detalles en los que nunca me detuve, que no me quise detener.
Queriendo creer que no es verdad.

7 comentarios:

*vane* dijo...

es dificil... darse cuenta que perdiste tiempo en otras cosas... cuando deberías haberlo ocupado en aquellas personas hermosas... que por un motivo u otro...se alejaron de tu vida.
Muchas veces este medio cobra importancia... cuando kilometros separan al corazón de los sentimientos...!! del amor!
No debes arrepentirte, y no creo que lo hayas hecho, por las cosas que no hiciste... las cosas siempre pasan por algo...
Un beso..siempre es un placer leerte!! Cuidate

Pipiolex dijo...

Ufff. Las cosas pasan, igual, aunque no lo desees o no lo pienses así.

Eso es lo maravilloso y lo misterioso de la vida.

Saludos

CDG dijo...

Pero el desahogo igual es importante, ¿o no? Piensa qué hubiese pasado si estuvieses atorada con todas esas cosas que dijiste.

Además el inconsciente voyerista de los que leemos blogs igual lo agradece.

Saludos.

Prisca dijo...

que buena síntesis:
- no me arrepiento, sólo pienso que tantas cosas pudieron pasar y no pasaron
- admiro la maravilla de que las cosas pasen o dejen de pasar
- y justamente, la intención última era el desahogo

GiRu Saurio dijo...

TENGO FLOG viteh
/girusaurio

nos vemooo

bitacoreta.org dijo...

pero cuenta que fue lo que tu no sabias que ella sabias que tu sabias y que tu no sabias pero que ella pensaba que tu si sabias...pero que na que ver tu no sabias nada! cuenta que fue que quedé cachudo...cuenta cuenta...

Prisca dijo...

y para qué?
la curiosidad mató al gato....